Antes de nada, quería decir que he añadido otra POV, sisi, la de "el narrador" como si fuera un cuento.
Al turrón!
Dormir. Es lo único que quiero hacer ahora. Dormir y pensar que todo lo que ha pasado ha sido una pesadilla. Una máldita pesadilla. Y que cuando despierte seguiré siendo esa adolescente de 14 años que iba con sus padres de compras. Que las tardes de Domingo se quedaba en casa viendo películas con su madre y comiendo palomitas, en pijama, estirada en el sofá...
Pero no, sigo siendo esa joven de 18 años recién plantada por su novio y que se queda a vivir en la casa de su hermano y de sus amigos. Y ahora es cuando desearía no haber nacido. Cuando desearía estar muerta para no vivir más esta mierda de vida. ¿Qué la vida es un regalo? ¿Dónde está el ticket? Quiero devolverla y cambiarla por otra. O simplemente devolverla.
Mientras abro lentamente los ojos, siento un brazo que me rodea, me doy la vuelta gruñendo, con los ojos medio abiertos y escucho una leve risita.
-Seas quien seas, déjame dormir y vete.
-Ups, se me olvidó tu mala leche mañanera...
-Déjame dormir, anda, que tengo sueño.
-¿Qué me das a cambio?
-Nada.
-Entonces lo siento.- Me aprieta más contra él y coloco mi cabeza en su cuello.
-Mmmm, que cómodo se está aquí.-Soplo contra su piel.
-No hagas eso.
-¿Por qué no?- Vuelvo a soplar.
-No me provoques.-Vuelvo a soplar- __(tn) que se despierta...
-¿Quién?
-¿Pues quién va a ser?
-Explicate un poco que no...
-Por Dios, el soldadito...
-¡Dios Danny! ¡Eres un guarro!-Hago que me suelte, cojo la almohada y se la tiro.
-¿He dicho soldadito? ¡Quería decir soldadote!
-Dios, así no se puede!
Me levanté y abrí la puerta para salir de la habitación pero él me detuvo.
-Jo, pero no te enfades.
-No me enfado, solo quiero desayunar, ¿te apuntas? Seguro que será divertido, ya sabes, leche, galletas, cereales.
-Ja, ja, ja, ni que fuera una fiesta.
-Más o menos, ¿bajas o que?
-Vaaaaale, pero porque tengo hambre, eh!
Mi móvil empieza a sonar.
-Yo lo cojo!- Grita mientras corre hacia la mesilla.-Digamelón...__(tn)?, sí está aquí...ajá, ahora se lo digo, ¿de parte de quién?...¡Pues claro que se quién eres!...¿Qué por qué pregunto? Pues la verdad no lo sé, ¿tú lo sabes?...Vale, vale! ¡ahora se lo digo!-Me pasa el teléfono- Es Josh, dice que te pongas.
-Vale, explicame por qué él ha cogido el teléfono. -Dice algo cabreado.
-Se ha quedado a dormir conmigo.
-¿Qué?
-No hemos hecho nada, solo hemos hablado, ya está.
-¿De qué?
-¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? Solo te falta estar aquí y dejarme ciega con la lámpara.
-Solo he llamado para saber si anoche te enfadaste.
-Pues no lo estás arreglando.
-¿Por qué eres tan cabezota?
-No soy cabezota, eres tú el que se ha ido.
-Hablando de irse, creo que sobro aquí.-Dice Danny saliendo de la habitación.
Me voy detrás de él con el móvil pegado a la oreja.
-Hale, otro que se ha ido, anoche Zack, ahora él.
-¿Y cuál es el problema? Estamos hablando tú y yo, no los tres.
-Ya, pero anoche estabamos hablando Zack, tú y yo y el pobre tuvo que irse.
-¿Qué pasa? ¿Quieres hablar con Zack? Vale. -Se puso a gritar su nombre y aparté el teléfono de mi oreja.
-¿Qué coño quieres? -Dijo él con voz de dormido. -Estaba durmiendo, joder.
-Josh, Josh, joder -Tengo un nudo en la garganta.
-¿__(tn)? ¿Qué ha pasado? -Muerdo mi labio mientras y suspiro.
-Nada. Dile que lo siento ¿vale? Y que cuando se le pase el cabreo o lo que lleve encima que me llame o yo que sé, que haga lo que quiera.
-¿Pero qué ha pasado?
-Pregúntale a él, que te cuente su versión, luego yo ya te cuento la mía.
-Pero...
-Pero nada, me voy a desayunar ¿vale? Ya hablamos.
-Eh, vale, adiós.
-Adiós.
Cuelgo. Me había quedado apoyada en la pared del pasillo. Danny me miraba al final de este.
-¿Qué ha pasado?
-Otro igual. -Digo con un tono de cansancio- Nada. Vamos a desayunar.
-¿Un abrazo?
-Por favor...
Se acercó a mi y me rodeó con sus brazos. Yo apoyé los mios en su pecho, chocando con mi frente en su cuello.
-Como te conozco...
-Anda calla...
-Si yo ya estoy callado.
-No, ahora estás hablando.
-No, estoy callado.
-¡Pero si estás hablando!
-No.
-Sí.
-Que no.
-Que sí. Estás abriendo la boca y moviendo la lengua produciendo sonidos... Vale, no sé lo que he dicho.
-Mira, yo te lo repito: Dices que estoy abriendo la boca y moviendo la lengua... Esto... No me acuerdo.
-Como molas.
-Si verdad? Como molo, he conseguido que pares de pensar en Josh. Eso hace que mole más.
-No sé cómo lo haces...
-Haciéndolo.
-No, si eso ya...
-Vamos a desyunar, va, que tengo hambre.
-Si me sueltas a lo mejor podemos caminar e ir hasta la cocina.
-Ajám.
-Danny, sueltame.
-Vaaaaaaaaaale.
Nada más llegar a la cocina, Danny empezó a sacar unos tazones para la leche.
-¿Supernenas o Bob Esponja?
-Supernenas.
-Café solo o con leche.
-Con leche.
-Vale, yo también.
Puso la leche en los tazones y los puso dentro del microondas para calentarla. Después de eso, se puso a hacer el café.
-Danny Jones preparando el desayuno, esto hay que grabarlo -Harry apareció rascándose el pelo y con un ojo cerrado. Anda que...
-¿Has dormido bien, no? Menuda cara de sueño.
-Que graciosa. ¿Cómo estás?
-Mejor no preguntes.
Mi móvil empieza a sonar, otra vez. Resoplo, miro la pantalla, "Amy". Contesto.
-Hoooooooooooooooooooooooooooooooooooooola cara pan!
-Hola pequeño pene.
-Oooooh, me ha llamado pequeño pene. ¡Jason, como el tuyo! -Se escuchó a Jason decirle algo a Amy, pero no llegué a entenderlo. -Bueno, llamaba para decirte si querias venir conmigo, Jessica y Jason a pasar el día. Así te alegras un poco. Y no acepto un no como respuesta.
-Ssssssno.
-Has dicho que no, voy a ir a tu casa y te voy a tirar de las orejas. Vamos, te irá bien salir un poco. Así evitas pensar en eso.
Danny me ofreció la taza con el café y Harry, que estaba a mi lado, parecía escuchar la conversación.
-Vaaaaaaaaa, por favor. Imaginame poniendo ojitos.
-¿Si digo que sí te callas?
-Sí.
-Vale, ¿a que hora?
-Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. De eso no te preocupes, en un rato pasamos a por ti. Sé que no quieres venir, de hecho, te entiendo, si a mi me hubiera pasado lo mismo también estaría como tú, pero entiéndeme, soy tu amiga y no quiero que te encierres y lo pases mal.
-Tienes razón...
-Lo sé, siempre la tengo -Se ríe- Ponte guapa y ponte unos buenos tacones, que te hacen las piernas más largas y pareces más sexy de lo que eres. Enseguida pasamos a por ti. Adiós.
-Adiós. -Cuelgo.
Harry me mira y se ríe.
-¿Qué pasa?
-Aish mari, déjame ayudarte a escoger unos zapatos super chulis. -Dijo imitando a una chica.
-Gilipollas -Le di una palmada en el brazo.
-Que me haces daño con tu super fuerza.
-No me calientes Harry, no me calientes. -Le advertí.
Miré el reloj que había en la cocina, es tarde, termino el café sintiendo como mi lengua quema y corro a la habitación a elegir la ropa para ponerme.
Opté por una falda negra, un top azul eléctrico, unas medias transparentes y unos tacones de color negro.
Mientras me colocaba el top llamaron a la puerta de la habitación.
-Adelante.
-Ya han llegado.
-Vale, diles que enseguida estoy.
Me puse los zapatos y me miré al espejo.
-Perfecta.
Cogí una chaqueta y bajé al salón donde estaban todos esperándome.
-Por el amor de Dios, si fuera un tío me casaba contigo. -Empezó a decir Jessica que estaba en el sofá junto a Dougie.- Va, vamonos. - Se levantó y tiró de mí.
-¡Que me arrancas el brazo!
-Ajá, venga vamos.
Al salir de casa, una ola de frío recorrió mis piernas lo que me provocó un escalofrío.
-Joder, que frío.
-Normal te has puesto unas medias...
-Uy, porque me has dicho que me pusiera guapa.
-Ya, pero no me refería a eso -Dijo señalando mis piernas.
-Shh, calla y ve con Jason, que lo marginas.
-Oh, es verdad. Amor, no huyas!
Él estiró un brazo y se lo puso sobre sus hombros, estrujándola contra él. Ella pasó un brazo por su espalda y, con su otro brazo, acariciaba su pecho. Él depositó un beso en su cabeza y siguió mirando enfrente sonriendo.
Mientras yo jugaba con los dedos de mis manos constantemente, escuchaba a Jessica hablar sobre Dougie. El sonido de mis zapatos se escuchaba por casi toda la calle. El tamaño de los tacones hacía que moviera las caderas, de un lado a otro. Metí las manos en los bolsillos de la chaqueta mientras miraba a Jason y Amy abrazados. ¿Celos? Puede.
Sentí algo vibrar en mi bolso. Era un mensaje, de Josh.
Lo siento, llámame cuando puedas.
Te quiero.
Poco después, al entrar en un bar, me sentí observada. Me di cuenta de que el camarero que estaba detrás de la barra me miraba caminar hasta la mesa. Antes de sentarme, me bajé un poco la falda y crucé las piernas, no quería que nadie viera lo que no debería. Cuando ya estabamos todos sentados, el chico de la barra se acercó a nosotros sonriente con una libretita y un boli en la mano.
-¿Ya saben lo que van a pedir?
-Sí, un plato de lomo... -Mientras le decía lo que queriamos, el apuntaba rápido en la libreta. Se alejó rápido y se metió en lo que sería la cocina.
Tras un largo rato de espera, vino con los platos a nuestra mesa. Me echó una última mirada y se fue a atender la otra mesa.
Mientras me comía mis macarrones, una gota de tomate cayó en mi camiseta.
-Mierda.
Mojé la punta de la servilleta en el agua y la restregué por la camiseta. Mala idea. La mancha era aún más grande que antes. Levanté la mano llamando a el camarero. El mismo chico de antes se acercó a la mesa.
-¿Puedes traerme el quitamanchas? Por favor.
-Claro.
Cuando volvió con el quitamanchas, me metí en el baño. Tras quitarme la mancha, salí del baño y dejé bote en la barra. El camarero me miró, cogió el bote y lo guardó algo nervioso. Volví a la mesa.
-¡Ese tío te acaba de mirar el culo cuando volvías! ¡Te lo acaba de mirar! Que fuerte.
-Que va.
-¿Qué va? ¿Acaso tienes ojos en la espalda?
-No, pero...
-Pues ya está, ese tío te acaba de mirar el culo. -Me giré y miré el suyo. Lo tiene respingón.
-Pues eso que se lleva -Dije riendome.
-Que fuerte, yo no te recordaba así.
-Es Danny, que me pega su tontería.
-Sí, será eso.
NARRADOR
Él miraba su teléfono, atento a si ella llamaba en algún momento. Estaba arrepentido, no sabía por qué había reaccionado así. Iba con su amigo hacia algún sitio donde poder dejar de pensar y poder pasárselo bien.
Ya era de noche, suponía que ella ya no llamaría ya que la había avisado esa misma mañana. Le había gritado, le había hecho llorar, algo que él no quería hacer en ningún momento. Estaba claro, ella lo odiaba, no iba a llamarlo en ningún momento, ya era tarde.
La música cada vez más alta hacía que no pudiera escuchar lo que su amigo le decía. Tenía una copa en la mano de algo que su amigo había pedido. Pidió una copa más y una chica se sentó a su lado al ver que el chico que lo acompañaba se había metido en los baños.
Ella empezó a decirle algo que él no entendía, así que se limitó a sonreir y a asentir.
De un momento a otro ella lo cogió del cuello de la camiseta y se lo llevó a bailar.
Se pegó a él. En ese momento él olisqueó su perfume. Se acercó más a ella y sin que se lo esperara, lo besó.
POV NORMAL
Tres llamadas perdidas y un mensaje sin responder.
Respiré hondo y volví a entrar en aquella fiesta a la que nos había invitado el camarero del bar.
Estaban todos en un rincón con sus respectivas copas en la mano.
-No me lo coge.
-Estará durmiendo, ya sabes, por la hora de diferencia.
-Ya...
No muy convencida por lo que había dicho Jessica cogí otra copa. Me alejé del grupo y me senté en uno de los bancos que había en la parte de fuera de aquella enorme casa.
Alguien se sentó a mi lado.
-Aun no me he presentado, soy Mike. -Era el camarero.
-Yo __(tn).
-Amy me ha contado lo que te pasa.
-Ah, ¿algo que decir?
-Que es un hijo de puta. Enserio, si yo fuera él no me habría ido.
-¿Por qué?
-Porque si de verdad quiero a una persona, no la dejaría por nada del mundo.
-¿Estás diciendo que no me quiere?
-Eh...
-¿Sabes qué? Cada uno tiene su opinión y yo no voy a decirte nada por eso.
-Eres muy buena persona, no te mereces eso.
-Las buenas personas se llevan lo peor.
Silencio. Más silencio. Termino mi copa y decido irme a casa.
-Me voy a casa.
-¿Ya?
-Sí.
-Te acompaño.
-No hace falta.
-Llevo coche, quiero asegurarme de que llegues a casa.
-Oh, vale.
Una vez en mi casa, miro mi móvil.
Sigue sin contestar.
NARRADOR
Mientras ella se terminaba de vestir, él salió del baño. Al mirar su teléfono vio tres llamadas perdidas y un mensaje.
¿Por qué no contestas? Me has dicho que te llamara y no lo coges. ¿Te pasa algo? Por favor llámame mañana.
Buenas noches, te quiero.
Tras leerlo, se derrumbó. Se deslizó por la pared hasta terminar sentado en tierra escondiendo su cabeza entre sus piernas. Como un niño totalmente asustado, intentando huir del miedo.
Ella no se lo merece, pero de esto no se iba a enterar. De eso estaba seguro, ella no debía saberlo.
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